Los mercados tienen cada mes una cita ineludible y expectante con las cifras del IPC americano. No en vano se trata del enemigo público número uno a batir y con los bancos centrales, como generales de esta operación, que como ya advirtió Powell, será muy dolorosa, como ya lo estamos comprobando.

Llegado el momento de la publicación, jueves 13 a las 14,30 hora española, la decepción se instaló en las principales bolsas del mundo, cuando el IPC general sólo caía un 0,1% respecto al dato anterior, quedando en un 8,1%, mientras que la subyacente subía más de los previsto hasta el 6,6%.

Contra todo pronóstico, finalmente los mercados asistieron a una de las sesiones con mayores subidas, de las últimas sesiones y una volatilidad realmente alta. Como muestra, el tecnológico índice americano Nasdaq, llego a caer casi un 4%, para terminar cerrando la sesión con una subida próxima al 3%.

La pregunta que corría, como la pólvora, entre los inversores y gestores, era ¿qué ha pasado?. Los que decidieron dar alguna explicación, apuntaban a la ya manida especulación de que la inflación americana realmente se está moderando y en si misma es una posibilidad que genera endorfinas para comprar renta variable, a unos inversores que se mueven por la montaña rusa de emociones, desde primeros de año. Para otros, los precios atractivos de muchos valores animaron las compras que se fueron retroalimentando, como la gasolina al fuego y posiblemente también se añadió que los inversores con posiciones cortas, cuando el mercado sube con tanta virulencia, les genera pérdidas insoportables y se tienen que ir del mercado.

Sea como fuere, lo importante es que ante un dato decepcionante, para lo que el mercado estaba esperando, decidieron ponerle buena cara e iluminar la cara de los seguidores del mercado, al comprobar las subidas tan llamativas, en una jornada en la que todos esperaban pérdidas.

Ahora toda la expectación se centrará en los resultados empresariales y estimaciones futuras, para determinar como terminará siendo este mes de octubre que, de momento, se está caracterizando por una enorme volatilidad y movimientos laterales, que tal vez nos acompañen hasta final de año.

Respecto al momento del mercado, a la gran pregunta de si ya estamos en la parte más baja para la renta variable, la gran mayoría de expertos consideran que posiblemente así sea, y que las caídas adicionales que se puedan producir, no deberían ser muy importantes.

También hay bastante consenso en que quienes deseen obtener rentabilidades muy atractivas para los próximos 5 años, deberían tomar posiciones gradualmente en el mercado, en los próximos meses. Lo que es cierto una vez más, es que la diversificación y tener un horizonte temporal superior a 3 años, genera oportunidades para esos ahorradores, que teniendo liquidez, están buscando información para tomar la decisión de qué hacer con esos ahorros.

Para los que ya están invertidos, los gestores están haciendo esa misma estrategia, con la liquidez que han generado y la que les está llegando con las nuevas entradas. La reestructuración de las carteras ya se está llevando a cabo, para los previsibles escenarios que se manejan en el mercado, y ahora toca esperar a que maduren, algo que sin da harán, como en todas las crisis anteriores. Respetar los horizontes temporales marcados para las inversiones es fundamental, cuando la gestión que se lleva a cabo es flexible, global e independiente.

Las recetas están claras, ahora les toca a los inversores cumplir con su parte del trabajo, donde los conocimientos en estas materias y sobre todo la experiencia de crisis anteriores, debe serles muy útil para ponerlas en práctica y aprovechar las oportunidades, al tiempo que se evitan daños económicos.